Bernard Yslaire - El 20º Cielo Eva Stern

El compromiso está en el corazón de la obra de Bernard Yslaire, como una lucha, una certeza; la expresión de lo que es la vida a los ojos de este exigente artista belga, una sucesión de elecciones para que el verdadero ser surja detrás de las diversas máscaras impuestas por la clase social, la sociedad, la religión o la familia.

Romanticismo

En el siglo XIX, entre la Restauración y la Monarquía de Julio, el movimiento artístico del Romanticismo encontró sus primeras resonancias en Francia. La obra de Yslaire responde a las exigencias formales de esta escuela de pensamiento. Pero también es en el corazón de este período histórico, 1830-1870, que dedicó gran parte de su trabajo con "La guerra de Sambre".

Bernard Yslaire - ¿Está muerto Dios?

Bernard Yslaire - Sol Rojo

El historiador

No se equivoquen, en el corazón del dibujante vive un historiador, dotado, talentoso y apasionado. En su obra, mezcla contenido y forma sin separarlos jamás. En medio de un siglo que presagia la modernidad, animado y definitivo en sus disonancias, sumerge a sus personajes, los Sambre, y como un verdadero romántico, nos los presenta y nos hace amarlos, eternamente marcados por el destino y sus amores que los llevan fuera de los caminos trillados.

Los jalones, los legados

De una generación a otra, describe esta Francia, siempre al borde de una revolución que barrerá definitivamente con el antiguo régimen, mientras busca las causas de las adhesiones y los renunciamientos de los hombres y mujeres en su historia, aquellos que toman una decisión y luego, pase lo que pase, siguen hasta el final. Sus dibujos, oscilando entre rojos y marrones, ámbares y bermellones apasionados, mezclan la oscuridad de un mundo a punto de desaparecer para siempre con los destellos de lo que pronto se convertirá en el siglo XX, aún más acelerado, aún más mortal...

Bernard Yslaire - La Guerra de los Sambre - Hugo e Iris

Bernard Yslaire - Bruselas

Los cruces de fronteras

En la obra de Yslaire, el tema del amor es siempre frenético, definitivo, como solo el amor y la revuelta pueden serlo. Con resonancias poderosas, nos invita a entrar en el corazón de la conmoción, la que el amor crea en el interior de las personas al hacerles perder sus puntos de referencia habituales, y la que las "fechas límite" inscriben en sus mentes, barreras contra las que naufragarán aquellos que no puedan cruzar hacia una nueva mañana.

Este Final del Siglo XX

Con *XXe ciel.com*, 1997-2004, Yslaire revisita el siglo que nos abandona (más que nosotros a él). Y es a una psicoanalista, Eva Stern, a quien asocia este siglo de sangre y lágrimas. Entre intentos de racionalización y matanzas que siguen siendo humanamente injustificables, revisita lo absurdo que nos ha llevado de Sarajevo a Sarajevo en un siglo de errores incesantes.

Bernard Yslaire - Plancha inédita: La Revolución

Bernard Yslaire - La despedida

El Espíritu del Absoluto

Porque en Yslaire, mientras los estandartes ondean al viento y los gritos se elevan, siglo tras siglo, los seres permanecen inalterables. Héroes de una ópera gráfica que nace ante nuestros ojos, incapaces de encontrarse entre la razón y la locura, vagan de intentos en fracasos. Y apoyándose en los mismos símbolos que Bizet cuando escribió Carmen o Verdi cuando compuso La Traviata, Yslaire hace que los corazones y las almas aúllen al unísono, ya sea sobre los adoquines de un París siempre dispuesto a inflamarse, o a lo largo de los muelles de San Francisco en la tarde del 31 de enero de 2000...

De un compromiso a otro

Y el verdadero compromiso que resuena en el corazón de Hugo o Bernard, Julie o Eva, es también el que habita en los partidarios de la Comuna o en los militantes del conflicto israelí-palestino (El Cielo sobre Bruselas). El romanticismo perdura, al igual que este sello del destino que parece marcar para siempre a los personajes de Yslaire, portadores de una desgracia que se repite constantemente, de errores que se reiteran, de siglo en siglo...

© Textos & Fotos: Natacha PELLETIER para PASSION ESTAMPES

Bernard Yslaire - El Cielo sobre Bruselas